domingo, 24 de febrero de 2008

Debate Evo Devo

Doy inicio a este espacio de discusión con los comentarios que el Profesor Favio Gonzalez hizo al articulo titulado Las interrelaciones entre Genotipo /fenotipo /medio ambiente. Una aproximación semiótica al debate Evolución desarrollo, publicado en el libro Filosofía, Darwinismo y Evolución. Alejandro Rosas, editor. Unibiblos, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2007.

En el cuarto capítulo, Eugenio Andrade (Departamento de Biología, Universidad Nacional de Colombia) analiza las Interrelaciones entre genotipo, fenotipo y medio ambiente, y sus perspectivas en el creciente universo de la disciplina coloquialmente llamada “evo-devo”. “Las teorías de la evolución por un lado y las del desarrollo por otro, ofrecen explicaciones aparentemente opuestas cuando examinan el papel que debe atribuirse a la estructura o la función, a los genes o el medio ambiente, a la autoorganización o a la selección natural”. Y prosigue, “Para avanzar en la integración de las teorías del desarrollo con las evolutivas, se debe asumir que la ontogenia y la filogenia son procesos abiertos, no programados que conducen a incrementos de información” (Pág. 57). Finalmente, incorpora tres factores interactuantes, E (entorno o medio ambiente), F (fenotipo) y G (genotipo) y reconoce la necesidad de identificar los Agentes Evolucionantes en Desarrollo o AED.

Es éste el momento que el libro ofrece para incorporar a la discusión los tres tipos de relaciones entre los caracteres de los organismos reconocidos por el fundador de la escuela de sistemática filogenética, el alemán Willi Hennig (1950): las ontogenéticas, las tocogenéticas, y las filogenéticas. Es decir, reconoció cambios intraindividuales, cambios intrapoblacionales, y cambios a lo largo de linajes supraespecíficos. Es claro, ahora, que aquellos procesos que regulan la ontogenia son diferentes pero complementarios a los que regulan la tocogenia. Ambos son observables y susceptibles a experimentación directa, y se fundamentan en la compatibilidad genética de un organismo al desarrollarse, o de los individuos de una población al reproducirse. Pero qué hay con los procesos filogenéticos? Éstos se rigen por un prerrequisito completamente opuesto, el del aislamiento genético de las especies. Las relaciones filogenéticas transgreden el límite de la microevolución y en muchos casos el efecto de la adaptación. No son explicables a través de la genética de poblaciones. En su gran mayoría, los linajes supraespecíficos no están sujetos a experimentación directa, en la medida que la macroevolución no es observada sino inferida. Es aquí donde se enfrentan (más que complementan) las contribuciones de Darwin y Mendel; es ésta la antítesis que nutrió la nueva síntesis. Es aquí donde nos preguntamos si los Agentes Evolucionantes en Desarrollo (sensu Andrade) corresponden a los semaforontes (sensu Hennig). Es aquí el momento de preguntarnos qué significan las líneas horizontales en el único esquema de Darwin en El Origen. Es aquí el momento de recapitular el enfrentamiento entre el método deductivo de Weissman y el compromiso inductivo de Darwin; de revisar si las teorías de Weissman (1883, 1885, 1891-1892, 1904) tuvieron un origen teológico; de analizar en qué medida el lamarckismo distorsionó a Lamack o el darwinismo distorsionó a Darwin. Es aquí donde el principio de equilibrio de Hardy-Weinberg (que cumplirá 100 años el próximo año), encuentra su límite explicativo.

Bogotá, Octubre 2007.

Favio González
Instituto de Ciencias NaturalesUniversidad Nacional de Colombia

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